La canciones de Guns eran sinceros
himnos al hombre común de la clase más baja. Sus contenidos misóginos, feos y violentos. Las letras no eran precisamente escritas
para la radio y la violencia que explotaba de las presentaciones en vivo era prueba de los síntomas que los afectaban. Sin
embargo sería la oculta sensibilidad de la banda lo que los sacaría a flote.
La canción más amigable de Appetite for Destruction, "Sweet child o' mine" los pondría en las carteleras musicales para siempre. Los problemas vendrían después, cuando los niños empezaran
a escuchar el resto del álbum, con Axl Rose echando sus cuentos de sexo y drogas en el bajo mundo. Guns n’ Roses
era un grupo primitivo, formado de la clase de gente que los papás no quieren que sus hijos conozcan. Vivos ejemplos del sector
llamado "white trash" de la sociedad estadounidense. Ejemplos vivos de que el capitalismo puede, como todo, terminar muy mal
para algunos.
Para cuando Guns n’ Roses firmó con Geffen en 1986 ,ni siquiera tenían un manager. Habían
tenido uno, Tim Collins (manager de Aerosmith), pero tras dejarlo colgando con una cuenta de $450 en el bar
de un hotel, este les hizo la cruz. Geffen, entonces les asignó al neozelandés David Niven, con quien Guns
grabó su primer extended play. Un disco de 4 canciones, llamado Live! Like a Suicide, impreso bajo su propia productora
Uzi Suicide, que le probó a Geffen que habían conseguido una mina de oro. Sin embargo, nadie en la productora estaba seguro
de que fueran a lograr algo con ellos. La indisciplina era la primera razón.
Con un consumo de alcohol y drogas que los ejecutivos de Geffen describían de suicida, (causa de innumerables
cancelaciones de presentaciones en vivo), Geffen llamó a Mike Clink como ingeniero de sonido. Clink, que en los años ochenta
se había distinguido produciendo grupos tan disímiles como Heart, Survivor y Megadeath,
tenía fama de ser un hombre de carácter, por lo que esperaban que pusiera a los muchachos en línea.
Desde el principio, Clink creyó que si podía mantener a la banda sobria por unas horas, vendería al menos medio
millón de discos del material que tenía pre-grabado. Pero esto fue más difícil de lo que pensó originalmente. Buscando conocerlos
personalmente, Clink les pidió sus discos favoritos. Axl le dio Ride the Lightning de Metallica.
Slash trajo su colección de Aerosmith. En el estudio mientras los músicos se golpeaban y escupían entre ellos,
Clink les prohibió las drogas y trató de imprimir la disciplina paternal que ninguno había tenido. Según el, eran unos mendigos
con talento.
Mientras grababan el disco, Clink les alquiló un apartamento en L.A. Al final de la grabación “lo habían
destruido completamente. Un día dejaron las llaves adentro y para entrar tiraron un pote basura por una ventana y después
quisieron hacerlo pasar como que alguien los había robado. Para cuando finalmente los botaron del edificio, no había nada
en buen estado. Parecía como si alguien hubiera estado remodelando y hubiera tumbado todas las paredes.”
Slash considera que cada canción del primer disco es una autobiografía personal de cada uno de ellos. En Welcome
to the Jungle, Axl recuerda llegar a L.A. como un muchacho inocente del medio oeste. En "Mr. Brownstone" cuenta
la existencia desesperada de ellos como vendedores de drogas, y en una de ellas incluso grabaron a Axl teniendo sexo con una
prostituta para la canción "Rocket Queen".
Pero toda la energía negativa y falta de sensibilidad fue olvidada por Clink cuando este escuchó Sweet Child
o’ Mine, que Axl escribió para su futura esposa Erin Invicta, hija del ex miembro de los Everly Brothers,
Don. “esa canción hizo que se me pararan los pelos de punta” recuerda Clink en una reciente entrevista. Cuando
el disco estuvo listo, se lo llevó a Tom Zutat, jefe del proyecto en Geffen y le dijo que iba a vender dos millones de copias.
Zugat le respondió “¡Estás loco!, ¡Va a vender cinco millones!”.
Con
la grabación finalizada, lo único que necesitaban era un título, y este apareció cuando Axl trajo consigo una ilustración
del artista Robert Williams. El dibujo era de un robot que recién ha violado a una vendedora ciega ambulante, con las pantaletas
colgando de los tobillos, mientras una visión infernal se arroja a devorarse al robot. La pintura se llamaba Appetite
for Destruction.
En agosto del 87 el disco por fin salió a la
venta. Con el arte de Williams en la portada, con la vendedora con las tetas afueras y las pantaletas en los tobillos, las
tiendas se negaron a venderlo y las 30.0000 copias impresas fueron recogidas y relanzadas con el dibujo de una cruz -con las
cara de los cuatro miembros como esqueletos- que Axl tenía tatuada en un brazo. Los problemas comenzaron casi inmediatamente.
Como es usual, la banda fue presentada primero al público británico, como territorio de prueba. |
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En su primera presentación antes del
lanzamiento del disco, la prensa los encasilló como basura. ¡Desagradables! -dijo el Daily Star, y cuando en una
entrevista Axl dijo que no le gustaban los poodles, al día siguiente en primera plana salió que Axl era un asesino de perros.
El concierto por cierto, terminó en una lluvia de botellas de cerveza y agua por parte de críticos y otras bandas que no vaticinaban
nada bueno.
Pero el dibujo no era nada. Las canciones serían lo más controversial. La misoginia de "It's so Easy" (Voltéate
perra, para darte buen uso/ Además, no tienes nada mejor que hacer/ Y estoy aburrido), se aseguró que el sencillo fuese censurado
en la radio inglesa, ayudando a que para octubre de 1987, hubiesen vendido apenas 10.000 copias del álbum. Con el rabo entre
las piernas, Guns regresó a los Estados Unidos; piernas moradas de caerse a golpes en giras europeas
con Faster Pussycat y Motley Crue.
En una de las historias más memorables, Mark Michael, el baterista de Faster, se quedó dormido
en el cuarto de hotel de McKagan. Como castigo, el músico fue golpeado, amarrado de pies a cabeza con cinta plástica, y tras
meterlo en el elevador lo mandaron al lobby del hotel.
La violencia ocasionó que fuera difícil organizar giras con otras bandas, en especial con sus ídolos Aerosmith,
cuyos managers creían que de ponerlos en el mismo hotel terminarían por hacerlos caer en drogas otra vez, perdiendo todo el
esfuerzo hecho para rehabilitarlos.
A pesar de esto, los conciertos en solitario de Guns n’ Roses se convirtieron en un evento
donde quiera que sucedían, llenando estadios en todas partes. Con una fuente inagotable de dinero y drogas, los miembros del
grupo empezaron a comerse su propio papel como estrellas del rock, convirtiéndose muy pronto en uno de los músicos más
indeseables del planeta. Y el corolario a todos sus excesos les llegó el 20 de agosto de 1988.